WONDER. LA LECCIÓN DE AUGUST, de J.R.Palacio

Comenzamos ya este curso con las reseñas de nuestros alumnos/as, aprovechando las lecturas que han disfrutado en el verano.  Esta que os presentamos, sobre Wonder. La lección de August, de J.R.Palacio, la ha escrito (e ilustrado) Violeta Rubio, de 3º ESO.

Ilustración de Violeta Rubio.

¿Qué esperar de este libro?  Sinceramente, al verlo en la librerías, no me gustó e hice mal pues lo juzgué por su portada.  Sin embargo, tras varias recomendaciones de personas que lo habían leído y las incontables valoraciones en internet… decidí leerlo.  ¿Por qué n0? Me dije.

No me esperaba mucho de él, pero nada más comenzar, cada capítulo que leía me enganchaba más, incluso diría que a cada segundo que avanzaba mi lectura, me daban más ganas de cerrar el libro y con todas mis fuerzas gritar

¡WOW! Porque realmente da lecciones aplicables a cualquier persona y en cualquier momento de su vida, no solo August, si no todos los personajes, de hecho, pongo la mano en el fuego y digo que cualquier persona que leyese este libre se sentiría identificada con alguno de los personajes.

Yo pienso que la autora, J.R.Palacio, realmente ha sabido cómo introducirnos en la historia de un niño «diferente», August, que tras muchos años estudiando en su casa, debido a que sus padres pensaban que no iba a ser aceptado por la sociedad, entra por primera vez en un colegio.

Y sí, digo que ha sabido introducirnos en la historia porque describe los sentimientos, no solo del protagonista sino también de las personas que le rodean, nos da varios puntos de vista, de forma que no hay un personaje protagonista y otro antagonista, porque todos, al ser humanos, se han equivocado al igual que han acertado en sus decisiones.  Y también incluyo a Julián, otro chico que no lo aceptó como  era y decidió, de forma muy cobarde, ir en su contra por el simple hecho de que era «diferente».  Pero rompiendo una lanza a favor de Julián, he de decir que August era un niño influenciado por la mala educación de sus padres y que al final de la historia, se da cuenta de lo que ha hecho.  La autora lo resuelve enseñando a Julián que lo que hace no está bien: August no es diferente, sigue siendo una persona, como él.  Con esto nos enseña que hasta el personaje más cruel de la historia puede cambiar.

Este libro gira en torno a un mensaje: no juzgar a una persona por su color, su religión, su físico, su orientación sexual… Sino valorarlo por quién es, por lo que siente, por cómo se comporta.  Y eso se sabe únicamente conociendo a esa persona de verdad, hablando con ella, compartiendo experiencias y sentimientos.  Para lograr eso hay que dejar atrás los prejuicios.

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